JAPÓN
HISTORIA DE LA CERVEZA EN JAPÓN
Dejando de lado el nihonshu o "sake", que
no es exactamente una cerveza, la historia de la cerveza en Japón
comienza con la apertura comercial del país durante la restauración
Meiji. Transcurre desde entonces ligada al desarrollo social y cultural
japonés posterior, atraviesa los contratiempos de la Segunda
Guerra Mundial y alcanza su normalización y modernidad tras el
desarrollo económico de archipiélago.
La historia de la cerveza en Japón empieza un
1 de Mayo de 1865 en una taberna de Yokohama. Inaugurada por W. Pattow
surgió para abastecer a los extranjeros que llegaban al puerto
comercial. La cerveza tenía que ser importada a un alto precio
debido a los altos impuestos y tenía por ello escasa salida.
Así que, ¿por qué no fabricarla en el propio Japón?.
Koumin Yamamoto elaboró la primera cerveza japonesa
en 1853, aunque a modo de experimento. En realidad se considera que
la primera cervecera de Japón, ubicada en Yokohama, funcionó
de 1869 a 1874. Sin embargo la más popular fue la Spring Valley
Brewery, fundada por el norteamericano W. Copeland. Su elaboración
empezó en 1870 y perduró hasta 1884, cuando Copeland,
acosado por una serie de desgracias personales, cerró la compañía
y regresó a su país de origen. Sin embargo esta fábrica
daría lugar años más tarde al nacimiento de Kirin
Brewery.
En 1872 se fundó en Osaka la primera cervecera
controlada por japoneses: la Osaka Beer Brewing Company. Fue fundada
por Syozaburo Shibutani y uno de sus mayores éxitos fue enviar
a Baviera a Hiizu Ikuta, a la prestigiosa escuela de Weihenstephan.
Cuando regresó se encargaría de sacar al mercado la cerveza
estandarte japonesa por excelencia: Asahi
beer.
Viendo que la industria de la cerveza experimenta una
enorme expansión, el gobierno decidió crear en 1876 la
cervecera Hokkaido Kaitakushi Beer Company, que vendería diez
años más tarde. Asimismo decidió empezar a cobrar
en 1901 impuestos por su elaboración, cifrando en 180.000 l.
la cantidad mínima para expedir la licencia de fabricación.
Por ello muchas pequeñas cerveceras cesaron su negocio.
En los años 20 las empresas japonesas adquirieron
gran cantidad de maquinaria para la fabricación de cerveza procedente
de los EE.UU. Era la época de la Ley Seca y muchos fabricantes
estadounidenses se vieron obligados a cerrar, cosa que aprovecharon
los japoneses.
Los años precedentes e inmediatamente posteriores
a la IIGM fueron de crisis: las grandes cerveceras se aliaron y el gobierno
asumió el control de precios. Se aumentó desmesuradamente
la cantidad de cerveza necesaria para que fuera concedida la licencia
de fabricación. Muchas de las pequeñas cerveceras surgidas
en los años 20 desaparecieron o fueron engullidas.
A finales de los años 50, en cambio, Japón
revive con una expansión económica sin precedentes. Como
consecuencia, el consumo de cerveza se disparó, propiciado también
por el consumo añadido de las tropas extranjeras de ocupación.
Por otro lado el gobierno japonés obligó en 1949 al gran
consorcio cervecero Dai Nipon a fragmentarse con el fin de impedir su
monopolio. Esta fractura daría lugar más tarde a las actuales
Asahi Breweries y a Sapporo, y permitiría a Kirin alcanzar el
primer puesto en la producción nacional, que mantendría
hasta 2001.
Los últimos 20 años han traído
importantes cambios en la cerveza japonesa. Por un lado en 1994 el gobierno
japonés permitiría elaborar y comercializar cerveza a
empresas con una producción superior a 6000 l., bajando drásticamente
de los 2 millones exigidos anteriormente. Las microcervecerías
se extendieron rápidamente. Sin embargo, debido a la falta de
experiencia y tradición artesanal, muchas ofrecían productos
de baja calidad: éstas cerraron poco tiempo después. Hoy
el sector microcervecero apenas provee el 1% del total consumido en
el país.
Por otro lado el Estado decidió aumentar los
impuestos sobre el alcohol, estableciendo cuatro categorías para
la cerveza: más del 67% de malta de cebada, entre el 50 y el
67% para la segunda categoría, de 25 a 50% y con menos de 25%
de malta. Por supuesto, la auténtica cerveza quedaba en el primer
grupo y era la más gravada. Las marcas, algunas con cierta reticencia,
decidieron entonces elaborar cerveza con menor contenido en malta. La
primera de ellas fue elaborada por Suntori en 1994 y tuvo una gran acogida
debido a su bajo precio, así que pronto fue imitada por las otras
empresas. Estas cervezas complementadas con otros cereales no malteados
reciben en Japón el nombre de happoshu, algo así como
"vino espumoso".
El Gobierno japonés no tuvo otra idea que tasar
al alta el segundo grupo de cervezas. Y, por supuesto, las cerveceras
contraatacaron elaborando cervezas con menos del 50% malta a bajo precio.
Estas cervezas de baja calidad suponen un 40% del mercado en Japón.
Y aunque su sabor no pueda compararse a una cerveza "completa"
no seré yo quien critique a los japoneses. Cuando el dinero aprieta,
aprieta de verdad.
Efectivamente la crisis económica japonesa de
los últimos años produjo un estancamiento en el consumo
de cerveza que las grandes empresas sortearon sólo con la introducción
de estos nuevos productos. En la actualidad Japón es el sexto
productor mundial con 66 millones de hectolitros al año, aunque
en consumo per capita su puesto desciende al 32. La cerveza cumple una
función social muy importante ya que se le consideró la
primera bebida "social", que igualaba a jefes y trabajadores
a su alrededor.
En Japón, por ejemplo, nunca debes servirte
tú mismo una cerveza si estás acompañado. La costumbre
obliga a mostrarla al compañero y, si éste asiente y levanta
su copa, servirle. Acto seguido verás como tu compañero
hará ademán de servirte a ti. Interesante, ¿no?
Asahi brewery Tokyo
Asahi Super Dry
Koedo brewery
Asaya Shouten Chichibu Beer
Higashinihon Sawauchi G. D. (Sawauchi / Iwate )
Ginga Kogen Beer Silver Bottle
Kirin brewery (Tokyo)
Kirin Lager Beer
Sapporo brewery (Tokyo)
Yebisu All Malt Beer
Sapporo Premium Lager