El camino hacia la perfección
es difícil, pero no es ingrato. Las cervezas de alta fermentación
son el fruto de tradiciones largas y se encuentran en el mismo corazón
de la cervecería belga. Ésta propone un abanico completo
de productos, del que solamente algunos marcan la diferencia. Y esta
diferencia es indudable cada vez para que se saboree Judas. Ingenieros
experimentados trabajaron duramente para ponerla a punto. Esta cerveza
rubia y fuerte vio la luz en 1986.
Judas es una cerveza de alta
fermentación, producida según los principios artesanales.
Sólo la mejor cebada y el mejor lúpulo de Bohemia se utilizan
en su producción.
Esta rubia robusta sufre un refermentation,
y una maduración larga en botella que le aportan una bella estructura
y un sabor amplio. Ocupa un lugar único en la tradición
de la cerveza belga gracias a un equilibrio ejemplar entre aromas muy
finos y una amargura sutil.
Judas contiene una elección de lúpulos que proviene particularmente
de Bohemia. Después de fermentación, la cerveza madura
largamente en bodega, hasta que hubiera desarrollado una paleta gustativa
ideal. Sufre un refermentation en botella. Sírvala en su vaso
de degustación específica, en forma de cáliz, que
favorece la formación de burbujas finas y de un bello cuello
de espuma. Vol. Alc. 8,5 %
Existe un dicho belga que dice:
«cerveza maliciosa, placer divino». Este es el espíritu
de esta cerveza, cuyo nombre nos pone en preaviso de sus excepcionales
características.
Cerveza rubia fermentada en botella, de intenso color dorado y tonos
de oro viejo. Espuma muy blanca, de buena formación y densidad.
Aromas frescos, nítidos y de tendencia afrutada, sobre ligeras
notas a cereales, lúpulo y hierba recién cortada. Todos
estos matices, y alguno más, combinan de forma magistral con
sus características notas amargas y dulces, bien ensambladas.
Boca potente, densa, persistente, equilibrada, y de tendencia dulce
en la entrada. Evolución a seca y matizada por el ligero amargor
final, con recuerdos a caramelo, y cierta pastosidad.
Burbuja muy fina, pequeña y bien integrada en el líquido.
Es una cerveza para saborear entre 8 y 10 grados, a pequeños
sorbos, y tranquilamente, en su exclusiva copa tipo tulipán.