COMO TIRAR UNA
CERVEZA RUBIA
Si llevamos unos días sin usar el grifo de cerveza,
debemos dejar correr la cerveza durante unos segundos, para que arrastre
los posibles restos de cerveza seca que hayan podido quedar en el serpentín
interno del grifo. Si acabamos de cambiar el barril, al principio sólo
saldrá espuma, y debemos dejarla salir hasta que la cerveza fluya
con claridad, lo que debería ocurrir a los 20 segundos más
o menos. No os preocupéis, pues no se pierde excesiva cantidad
de cerveza, que ya la espuma es casi en su totalidad gas.
Tomamos una jarra, pinta o vaso frío. Tiramos
del grifo hacia nosotros, dejando escapar fuera del vaso las primeras
gotas. Luego colocamos el vaso bajo el grifo, en un ángulo aproximado
de 45º, de forma que la cerveza caiga en el vaso por la parte más
alejada de nosotros, resbalando en la parte interna de vaso. El angulo
debe depender de la fuerza con la que caiga la cerveza, a más
fuerza, más inclinado debe estar el vaso, para no formar excesiva
espuma.
Conforme se va llenando, debemos ir colocándolo
en posición vertical, al mismo tiempo que controlamos la altura
a la que situamos el vaso, bajándolo o subiéndolo para
controlar la cantidad de espuma que queremos. En el último tercio
es cuando deberemos prestar especial atención.Si notamos que
la cerveza fluye a una excesiva velocidad, creando un exceso de espuma,
deberemos cerrar un poco el gas (solo un poco) y deberemos abrirlo si
vemos que la velocidad a la que fluye es demasiado lenta.
LO QUE NO HACER
Lo ideal es conseguir entre dos y tres centímetros
de espuma, pero si nos quedamos cortos podemos empujar la llave del
grifo de cerveza en dirección contraria a la de apertura, es
decir, hacia delante. Con esto conseguimos que solo salga espuma, y
podemos añadir hasta conseguir los 3 centímetros. Debemos
decir sin embargo que si necesitamos añadir espuma, es que algo
hemos hecho mal.